Hoy cuando los ojos buscan
La siempre anhelada lejanía
Frank Castell
La siempre anhelada lejanía
Frank Castell
No puedo llamarme Ismael
en mi puerto no recalan los balleneros
y sólo quedan un par de arponeros de fantasmas
tampoco mi nombre es Isla, y mi destino aún está por develar
quizás sea hundirme en el puerto
o el más manido, salir a buscar el país, que emigró sin dejar aviso
extremado tema el de la lejanía
puntos cercanos que se convierten en un cíclico peregrinaje
así la línea recta entre los puntos es inversamente proporcional
al modo en que eres dueño del nacimiento o muerte del día
Deambulo torpe
soy el anuncio ideal del remate de las esperanzas
una cadena perpetua al crimen de permanecer
pena reciclada
condena irremediable
la oscuridad del pueblo en el que el mar no amanece
y la línea del horizonte está justo donde se unen arena y agua
no puedo llamarme Ismael
no soy el seguidor de aquel que persigue su obsesión
no quiero esperar que la pesadilla de otro
se acueste junto a mi cada noche no quiero salir al mar
No puedo llamarme Ismael
mejor llámenme tonto del pueblo, en mi puerto no hay colinas
o loco del espigón
desde donde veo partir las barcas, en mi puerto tampoco hay balleneros
no me llamen Ismael
no voy a contar la historia.
en mi puerto no recalan los balleneros
y sólo quedan un par de arponeros de fantasmas
tampoco mi nombre es Isla, y mi destino aún está por develar
quizás sea hundirme en el puerto
o el más manido, salir a buscar el país, que emigró sin dejar aviso
extremado tema el de la lejanía
puntos cercanos que se convierten en un cíclico peregrinaje
así la línea recta entre los puntos es inversamente proporcional
al modo en que eres dueño del nacimiento o muerte del día
Deambulo torpe
soy el anuncio ideal del remate de las esperanzas
una cadena perpetua al crimen de permanecer
pena reciclada
condena irremediable
la oscuridad del pueblo en el que el mar no amanece
y la línea del horizonte está justo donde se unen arena y agua
no puedo llamarme Ismael
no soy el seguidor de aquel que persigue su obsesión
no quiero esperar que la pesadilla de otro
se acueste junto a mi cada noche no quiero salir al mar
No puedo llamarme Ismael
mejor llámenme tonto del pueblo, en mi puerto no hay colinas
o loco del espigón
desde donde veo partir las barcas, en mi puerto tampoco hay balleneros
no me llamen Ismael
no voy a contar la historia.
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