Costura a domicilio

Costura a domicilio
© Eduardo Frias Etayo

jueves, 20 de marzo de 2008

MOTIVOS DE LA HUIDA

Aún desconozco el crimen por el que huyo desde hace casi cuarenta años. En la niñez creí que estaría relacionado a cristales rotos, y corrí tratando de no pisar las hojas secas de los almendros. En la adolescencia me oculté de leyes contra la lascivia, algunos alegan lujuria esperando penas menores, otros presentan hormonas como elemento atenuante. Incluso escapé en ocasiones con la más flaca de la clase. Corrí siempre en dirección contraria.
Y se volvió rutina. Escapar, ocultarse. Cualquier motivo era bueno para escapar.
Una puñalada al hambre
O a la infidelidad
Una guerra en otro continente
La soledad maternal
De mí
Se volvió costumbre. Escapar, ocultarse. Cualquier lugar es bueno para ocultarse.
Una habitación sin ventanas
La multitud
Una cueva
La casa de los amigos
Una celda
Otra isla
En mí
Siempre que logro escapar me envío cartas de advertencia a mis anteriores direcciones, cartas que invariablemente regresan a advertir del escape destinatario a un remitente ausente. El mes pasado descubrí rostros de viejos conocidos. Quedé preocupado, y ahora cuando desesperado huyo, miro siempre hacia el suelo no sea que involuntariamente este siguiendo las migas de nostalgias que nos llevan de regreso al dolor.

sábado, 8 de marzo de 2008

A Frank, a Osmany, a los amigos…
He quedado inmortalizado, no como poeta
sino como personaje del poema de un amigo
mucho mejor poeta
He quedado atrapado, personaje borroso,
destinado a ser una opacidad perenne entre una cerveza y un semáforo
El semáforo inmortalizado en el poema
quedó atrapado en la, a su vez, inmortalizada ciudad.
El amigo Creador Todopoderoso del Poema, que de vez en cuando nos visita,
me inscribe para siempre en esa ciudad determinada
ubicado geográficamente a treinta centímetros de una lata de cerveza
y a quince metros del semáforo que impedirá
por toda la eternidad el tráfico de los que viajan hacia el este.
Osmany, otro personaje perpetuado en la misma mesa
junto a la otra cerveza, tal vez la misma
desentendido del semáforo
del estático tráfico
de mi personaje
intenta derrotar a la ciudad interminable eternizándola en un poema
que escribe dentro del poema
El tercer personaje, mi amigo, El Creador Todopoderoso del Poema
aprovecha su ubicuidad para escapar de todas las ciudades.