-¿Empezamos?-dijo el psiquiatra.-Muy bien. Mi primera víctima, o una de las primeras, fue el teléfono. Un crimen espantoso. Lo eché en el sumidero mecánico de mi cocina. Puse el aparato en punto medio. El pobre teléfono murió por estrangulación lenta. Luego maté a tiros el televisor. -Mmm-dijo el psiquiatra.-Le disparé seis tiros en el cátodo. Se oyó un hermoso tintineo, como una araña de luces que cae al piso.-Linda imagen.-Gracias, siempre soñé con ser escritor.
El Asesino
Ray Bradbury
Suicidio largo, 48 horas me dan para mi muerte virtual. Por mi habría terminado ya, pero hasta para una desaparición virtual del mundo te demora el burocratismo, supongo que algún chip renuente a perder un poco información es quien me retrasa. He ido cortando una a una esas arterias importantes: Facebook, MiGente, Tagged, Myspace (es una de las que se niega a desangrarse en menos de dos días). En un par de días paso a ser un fantasma ciberal. Lego a los amigos un espacio vacío en el idem, de todas formas la mayor parte del tiempo estaba vacío, salvo un par de ciberparamédicos que trataban aun de insuflarme vida. A los amigos que aun ciberpublican, les anuncio que aunque muero virtualmente, ya mis eghost los molestaran (eso sonó simpático jajaja eghost = egos). Bueno ya mi katana digital, (aun no es wireless) esta cortando mis tripas y deja que el derramamiento de bytes llene la habitación, les prometo la eternidad incomunicada.
Pdta. Mis direcciones de email recesan en 48 horas también.
otra pdta. Para hoy pongo mis dos últimos post